Cuando la historia se repite

No soy una especialista del conflicto árabe-israelí. No vivo en Gaza ni Cisjordania y nunca he estado en Jerusalén. No profeso ninguna religión y, por ende, no soy ni judía, ni musulmana. Es más, ni siquiera comparto -y a veces tampoco respeto- ciertas prácticas religiosas. Apenas he leído 2 libros dedicados exclusivamente al problema/conflicto entre Palestinos e Israelíes. Pero, eso sí, me come por dentro ver que lo que está sucediendo delante de toda la comunidad internacional durante décadas no forma parte de la agenda política de nuestros representantes y, lo que es peor, no forma parte siquiera de la propia Organización de las Naciones Unidas, ignorada durante años por unos judíos respaldados por un interesado gobierno estadounidense.

Toda esta reflexión viene motivada por una noticia publicada hoy en el periódico El Mundo cuyo titular dice así: Israel bloquea la ayuda humanitaria de la ONU a los refugiados palestinos en Gaza. El cierre total de las fronteras impide el paso a los camiones de suministros de la ONU. Entonces, una se encangrena por dentro y piensa que la carta blanca para hacer todo aquello que quieran se les tendría que acabar inmediatamente a los israelíes.

Bien, sé que los milicianos palestinos le están haciendo un flaco favor a su pueblo, pero también sé que muchas veces situaciones deseseperadas impulsan a los débiles a actuar con medidas desesperadas, aunque éstas sean terribles y muy condenables. Pero eso no lleva a que todos los palestinos estén pagando durante décadas, debido al asentamiento judío, una exterminación de su raza/etnia por parte de los israelíes. Porque sí, si me preguntan, a mi parecer, los judíos de finales del siglo XX y principios del XXI están concediendo a los palestinos la misma agua que los alemanes les dieron a ellos de beber.... Israel es hoy la Alemania de entonces y Palestina es un campo de concentración enorme. Y puede que lo que acabo de decir no le guste a nadie, pero es lo que pienso.

Dicho esto os invito a leer los dos libros que me recomendaron en la facultad de Periodismo relacionados con la temática. Son dos puntos de vista diferentes, por un lado está Nuevas Crónicas Palestinas de Edward W. Said, en el que encontraréis todas las crónicas escritas desde 1995 hasta 2002 por este profesor de la Universidad de Columbia y de nacionalidad palestina. Y, por otro lado, os animo a leer Crónicas de Ramala de Amira Hass, una periodista de nacionalidad israelí pero que escribe en territorio ocupado, es decir, en Palestina, e hija de padres judíos que lograron sobrevivir al campo de concentración de Bergen-Belsen. Ambos vienen a ratificar la misma postura que la mía -eso sí, puede que en eso no os ofrezca variedad- pero son especialmente interesantes....

Quede claro de antemano que este post no apoya ni ofrece amparo o comprensión alguna a las actuaciones de las milicias palestinas. Es más, desde aquí expreso mi mayor de las repulsas a cualquier enfrentamiento armado y sanguinario sea de las milicias palestinas, de los soldados israelíes como de cualquier otro movimiento violento y totalitario.

Sólo pido desde aquí un poquito de paz para todas las miles de personas que no salen en las noticias -palestinos e israelíes- y que están cansados y derrotados por tantos años de lucha armada. Y creo no equivocarme si digo que el primero que debe ceder un poco en su apuesta por la paz debe ser el gobierno israelí, devolviendo parte de los terrenos ocupados tal y como expresan varias de las resoluciones de la ONU.

LIBROS RECOMENDADOS EN ESTE POST

Título: Nuevas Crónicas Palestinas. El Fin del Proceso de Paz (1995-2002).
Autor: Edward W. Said.
Editorial: Debolsillo.
Páginas: 351.

Título: Crónicas de Ramal. Una periodista en territorio ocupado.
Autora: Amira Hass.
Editorial: Galaxia Gutemberg.
Páginas: 233.