A mí me engañaron con el €uro, ¿y a tí?

Qué poca vergüenza tienen algunos políticos -dígase también presidentes-. Te entran ganas todos los días que salen tan perfectos, bien vestidos, peinados y aseados, por la tele de plantarte delante de cada uno de ellos y simplemente decirles: Míreme a la cara y dígame que no hay crisis. Puede que así dejaran de tratarnos como a borregos y nos ofreciesen un poco más de crédito y respeto hablándonos como nos merecemos: SIN MENTIRAS.

Miren, soy joven -tengo apenas 24 años- pero yo no recuerdo una situación similar en años. Es cierto, soy hija del período más fructífero y brillante -al menos del último siglo o más- de la historia de España. Pero, abiertamente, me atrevo a afirmar que, cada vez más se acentúa, como ocurre en otros continentes, la enorme separación entre ricos y pobres.

Es decir, la enorme clase media, media-alta, que sacaba adelante a la sociedad actual está viviendo malos momentos. Y, les guste a los ricos o no, somos la enorme mayoría de la sociedad, los que tiramos del carro, el macho alfa, el tendón de aquiles, y símiles parecidos. Vamos, que somos los que hacemos que este país funcione. Nosotros hacemos a los ricos y no los ricos a nosotros.

Podemos empezar la crisis por donde ustedes quieran: la subida estratosférica de las hipotecas, el aumento de los precios de alimentos básicos como la leche, harina, cereales y, por ende, todo lo que precisa de ello para poder elaborarse, el descontrolado precio de la gasolina, el precio del aceite, la luz, el agua, las telecomunicaciones, los impuestos,... ¿sigo? Y, ¿adivinan qué es lo único de nuestra sociedad que, asombrosamente, no parece experimentar ningún cambio? Como lo saben: los sueldos.

Ejemplos puedo ponerles a patadas, incluso se los podría mostrar gráficamente si no fuera tan vaga y dedicase tanto tiempo a mis blogs -mi vía de escape-. Pero mis padres tienen un negocio (very PYME) que se encuentra en un espacio donde convive con otros negocios de distinta índole, muchos de los cuales conviven a diario con representantes de otros negocios que, a su vez, proveen a los mismos, y así podría seguir pero creo que en el primer negocio empecé a perderme.... No veas tú si es grande este círculo del trabajo.

Bien, a lo que iba, cada uno de ellos comparten comentarios y opiniones -lo bueno de vivir en un país libre- y, aparentemente, y a diferencia de lo que nos dan a entender algun@s caras políticas a través de los medios de comunicacíón -tan necesitados de dichas caras- no es que España Vaya Bien -como diría el pasado eslogan bigotista-. No, ZP, no. Lo que habla el panadero, el hostelero, el carnicero, el constructor, el obrero, electricista, fontanero, informático, vendedor de comestibles, gestores inmobiliarios, cajeros y directores de bancos, etc, etc.. es que, amigos, España no va nada bien, es más, está muy muy cerca de ir de pena. ¿Será ese el nuevo eslogan de nuestro futuro presidente? Españoles, lamento comunicarles que, a pesar de tener mi futuro y el de muchas generaciones de mi familia asegurado, quiero que sepan que, España va de pena. Pódría llegar a ser grandioso... Pero, seamos sinceros, sería demasiada claridad, veracidad y falta de manipulación. Cosa que, como sabemos, es imposible en la política de nuestros país.

A mí que no me vengan con milongas que cada día estamos más preparados y tanta manipulación y oratoria barata lo único que hace es cabrearnos más.

MENOS PELEÍTAS SEÑORES POLÍTICOS Y, PLEASE, DEDÍQUENSE A LO QUE DE VERDAD IMPORTA. ENTRE OTRAS COSAS, NUESTRA ECONOMÍA.

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